Esta mañana he ido al colegio de mi hija para hacerles una clase de memorización a los niños. Hasta aquí nada raro, la peculiaridad es que he explicado técnicas de memorización a niños de 3 años. Y ha sido alucinante!!!
Yo sabía que iba a funcionar, lo tenía todo pensado. Al principio la profesora no lo veía muy claro pero después de explicarle me dio su confianza.
Preparé 15 folios con las 15 primeras casillas.
-El dibujo de la casilla.
-El número.
-Y la palabra escrita.
También preparamos 15 juguetes de clase diferentes entre sí: Una pelota, un coche, una mandarina, una jeringuilla, un rotulador, un bebé, una mariquita…
A esta edad los niños saben leer y escribir su nombre, identificar números y la mayoría de las letras.
Llego a la clase, los niños me miran con curiosidad y se sientan como los indios alrededor mío. Me presento y les digo que les voy a contar unos cuentos y que nos lo vamos a pasar muy bien.
Le pido al primer niño que coja un juguete. Se queda con la mariquita. Entonces les enseño la primera casilla; ven al niño corriendo con su tea. Les explico que lleva fuego y tiene que ir con cuidado porque ahora, que es primavera, hay mariquitas volando y se pueden quemar. Las mariquitas vuelan muy rápido y así el niño no les puede quemar.
El segundo niño elige al bebé. Estaba asustado en el arca de Noé. ¿Veis cuantos animales? Le dan miedo los leones pero Noé le coge en brazos y así deja de llorar.
…
Todo en plan cuento, tirándome por el suelo y haciendo teatro.
Cuando acabo las 15 les digo que no hemos acabado, ahora queda una que no se ve. Todos conocen a Botas (el mono de la Dora Exploradora). Se lo han imaginado tosiendo mucho mientras sonaba la canción.
Después les he preguntado de forma salteada, tanto la casilla como el juguete. Han sabido TODAS. Había veces que tenía que decir que sólo contestase quien yo dijera porque no podían contener saltar con la solución. Tampoco han dudado con la palabra que no han visto.
Cuando ha acabado la clase y hemos guardado todo. La profesora les ha preguntado y seguían sabiéndolo todo. Es importante destacar que ahora ya no veían ni las casillas ni los juguetes.
Ha salido mejor de lo esperado. Esto no puede quedar en una anécdota puntual, hay que potenciarlo.
Un saludo!